Pakistan en el siglo III era un crisol cultural vibrante, donde influencias helénicas, budistas e indias se entrelazaban para dar vida a una expresión artística única. En medio de este panorama artístico floreció Irfanullah, un maestro que desafiaba las convenciones con su visión surrealista y la exploración profunda de lo humano. Su obra “La Danza de los Siete Chakras”, un fresco encontrado en las ruinas de una antigua ciudad comercial cerca de Taxila, nos transporta a un mundo simbólico donde la danza representa la vibración vital y los chakras son portales hacia la consciencia espiritual.
El fresco, que mide aproximadamente tres metros de alto por cinco metros de ancho, muestra a siete figuras humanas danzando alrededor de un círculo central brillante. Cada figura, vestida con telas ligeras y fluidas, adopta una postura diferente que evoca el movimiento energético característico de cada chakra. La paleta de colores es rica en tonos terrosos como ocre, siena y verde oliva, con acentos vibrantes de azul ultramar, rojo bermellón y amarillo oro que realzan la energía vital de las figuras.
Irfanullah no sólo era un maestro de la técnica pictórica, sino también un profundo conocedor de la filosofía india. La disposición de las figuras en el fresco corresponde a la ubicación de los siete chakras principales en el cuerpo humano: Muladhara (raíz), Svadhisthana (sacro), Manipura (plexo solar), Anahata (corazón), Vishuddha (garganta), Ajna (tercer ojo) y Sahasrara (corona). Cada figura posee símbolos específicos asociados a su chakra correspondiente, como flores de loto, serpientes enroscadas o llamas ardientes.
Interpretación Simbólica:
La danza de las figuras representa la constante vibración energética que fluye a través de nuestro cuerpo. Irfanullah sugiere que a través del desarrollo de la consciencia y la conexión con nuestros chakras, podemos alcanzar un estado de equilibrio espiritual.
Chakra | Ubicación | Símbolo en el fresco | Significado |
---|---|---|---|
Muladhara (Raíz) | Base de la columna vertebral | Flor de loto roja | Seguridad, estabilidad, supervivencia |
Svadhisthana (Sacro) | Abdomen inferior | Serpiente naranja enroscada | Creatividad, placer, emociones |
Manipura (Plexo solar) | Parte central del abdomen | Llama amarilla brillante | Poder personal, confianza, voluntad |
Anahata (Corazón) | Centro del pecho | Corazón verde con un loto rosa | Amor, compasión, conexión |
Vishuddha (Garganta) | Garganta | Círculo azul claro | Comunicación, expresión, verdad |
Ajna (Tercer ojo) | Frente | Ojo índigo abierto | Intuición, sabiduría, visión interior |
Sahasrara (Corona) | Lo alto de la cabeza | Luz blanca brillante | Conciencia espiritual, unidad, iluminación |
El círculo central del fresco representa el universo mismo, una fuente infinita de energía que conecta a todos los seres vivos. Al danzar alrededor de este círculo, las figuras simbolizan la armonía entre el individuo y el cosmos.
Irfanullah’s Legacy:
La obra “La Danza de los Siete Chakras” nos revela la profunda conexión espiritual de Irfanullah con su entorno. A través de una combinación magistral de técnica pictórica, simbolismo religioso y conocimiento anatómico, Irfanullah creó una obra que trascendió su tiempo. La danza eterna de las figuras en el fresco nos invita a reflexionar sobre nuestra propia energía vital, nuestra conexión con el universo y la búsqueda constante del equilibrio espiritual.
Hoy en día, “La Danza de los Siete Chakras” se encuentra en exhibición en el Museo Nacional de Pakistán en Islamabad, donde continúa inspirando a visitantes de todo el mundo con su mensaje universal de armonía y conexión.